Lavarse las manos es la mejor forma de evitar que se propaguen los gérmenes, sobre todo en los tiempos que corren.
Si pensamos en todas las cosas que se tocan a lo largo del día… veremos que es muy fácil haber entrado en contacto con ellos en algún momento, y a la vez, muy fácil que hayan pasado de la mano, a la boca, los ojos, …
Por eso tenemos que lavarnos muy bien a lo largo del día, evitando enfermar o hacer enfermar a otras personas.